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La  Escuela de Doctores en Derecho  constituye un espacio para la alta formación encaminada a la investigación jurídica y  la planificación, ejecución y puesta en desarrollo de proyectos académicos en nivel doctoral. Sus miembros son doctores en derecho de diversas áreas, y egresados de universidades nacionales e  internacionales acreditadas y reconocidas por  su tradición histórica y académica. La Escuela de Doctores es el punto de encuentro de profesionales doctores en derecho interesados en la transformación social a través de procesos educativos cualificados.

Se trata del espacio  más alto de formación académica  en Derecho, y sus miembros visibilizan un proceso cuantitativo de historias de vida académica y profesional. Es la membresía para los mejores abogados, que han obtenido título académico de Doctores, comprometidos con la transformación del conocimiento a través de la investigación jurídica y sociojurídica.

La contribución académica de la escuela de Doctores en Derecho está definida en la planificación, ejecución y logro de proyectos educativos vinculados con la investigación jurídica y sociojurídica, cuyo principal objetivo, desde las instituciones universitarias y entidades públicas y privadas, es la construcción y deconstrucción del conocimiento desde la consideración de acciones académicas transformadoras que contribuyen  al afianzamiento de una mejor sociedad, respetuosa de los derechos propios y ajenos, que  logre el acercamiento entre los preceptos jurídicos, las reglas, normas y principios que integran el sistema jurídico y  la realidad nacional.

La Escuela de Doctores en Derecho constituye una membresía que nace de los principios enunciados y los cuales se explicitan, sin que exista legalmente como persona jurídica. Sus miembros actúan bajo su propia representación y responsabilidad, los unen lazos de fraternidad y la condición de pares en su  formación académica.  Igualmente corresponden a  sus principios:  la coherencia en los conocimientos, un plan de vida en armonía con sus propósitos, la conciencia y distancia crítica en la transformación del conocimiento jurídico, y la identidad como personas que reconocen la trayectoria,  la lealtad, el compromiso  y la tradición jurídica universal como  valores inalienables  en su espacio natural.