BUSCAS UN MILAGRO.
Estás a punto de encontrarlo.
Nuestra vida esta llena de consecuencias, algunas nos llevan a extremos existenciales que nos producen dolor, angustia, desasosiego, depresión y, donde por más que lo intentamos, no encontramos una solución o una puerta de salida.
No esperemos estar en crisis para buscar MILAGROS.
A menudo ante estas situaciones que cierran todas las posibilidades de nuestras acciones, acudimos a una petición que va más allá de la razón, de nuestra lógica de percibir la vida, de la propia realidad y es que se produzca un MILAGRO. Necesitamos un milagro que cure la grave enfermedad, que nos permita salir del problema familiar, que nos permita volver a ser queridos, que haga que alguien vuelva o se vaya, que podamos recuperar nuestra estabilidad financiera y así tantas cosas que parecen no tener una solución terrenal. Pocas veces buscamos vivir permanentemente en el milagro mismo si no existe una situación critica o calamidad que lo justifique.
Ese milagro lo vemos, lo entendemos y lo pedimos como algo fuera de este mundo, es la intervención divina en un hecho cotidiano de nuestra realidad. Y esta es su definición más precisa.
También es frecuente que el milagro termine no produciéndose, y asumimos con resignación esa negativa divina a nuestra súplica o buscamos otro camino que nos entregue respuestas más precisas a lo que necesitamos, siempre en el campo de lo divino, de lo mágico, de lo irreal. No pocas veces se pasa del milagro negado a la intervención del hechicero, del brujo, del chaman.
Hagamos que LOS MILAGROS OCURRAN.
En la producción de un milagro tienen que ver de manera definitiva las leyes universales y concretamente la de la causa y efecto. Un milagro no se produce si no le antecede una causa. Sin causas no hay consecuencias. Lo que ocurre en nuestra vida nunca aparece de la nada, siempre hay una causa que motiva una consecuencia, y los milagros no escapan a esta ley universal, serán una consecuencia de nuestras acciones.
Lo primero que debemos entender es que para que se produzca un milagro, debemos tener acciones que le sirvan de causa. Recordemos que el universo se comporta de forma integral y dimensional, y nosotros casi siempre actuamos de una manera lineal, en una sola dimensión y de forma fragmentada. Entonces el primer paso para el milagro es conectarnos con el universo. No podemos pedir algo a alguien si no estamos en conexión con él. Sería como intentar llamar a alguien, tenemos toda la intención, la fe, el medio, pero no sabemos ni quien es, ni donde se encuentra. Por más que pidamos y roguemos nunca nos contestará, porque no tenemos ninguna conexión. No podemos culpar a quien no responde a un llamado que no recibe, la responsabilidad de que no se nos escuche es solo nuestra.
Cuando decimos que el universo es dimensional, significa que posee varias dimensiones que parten de la más baja material y avanza hacia la luz en niveles más elevados. La manera de integrarnos en los niveles material y espiritual esta en lograr achicar nuestro Ego y aumentar nuestra dimensión de Luz. Acá otro aspecto importante, nuestra existencia es integral estamos compuestos de Luz y Oscuridad y mantener el equilibrio nos permite integrarnos con la energía universal. Pensar que solo somos luz o solo oscuridad hace que no podamos conectarnos con el equilibrio de la energía universal. Piensa que tratas de conectar un aparato eléctrico para escuchar tu programa favorito, el cual está diseñado para una corriente de 6v, y lo conectas a una corriente de 120v, si haces esto siempre lo vas a echar a perder, debes tener conciencia de cuál es el nivel de energía, cuál es el equilibrio entre el aparato que recibe y la energía que fluye, de lo contrario nunca escucharas nada a través de él.
Entonces, cuando vivimos de manera exclusiva o determinante en la dimensión material del ego, donde los apegos son las energías que establecen nuestra conexión con nuestra existencia, resulta muy complejo que podamos tener conciencia de ella, estamos con una energía de 6v cuando el universo fluye a 12000v. En esta condición no puede existir equilibrio y nunca habrá una consecuencia como respuesta a nuestra petición de que ocurra un milagro.
Cuando nos encontramos en esta relación de energías asimétricas con el universo, nuestras acciones estarán encaminadas a fortalecer los apegos y a consolidar el Ego, lo cual trae como consecuencia momentos de felicidad y momentos de carencia, es una vida llena de altibajos familiares, personales, financieros, laborales etc. Vendrán momentos donde nuestras acciones lograran sus fines, por ejemplo, pude comprar el auto, ello implica un momento de satisfacción de felicidad, pero inmediatamente después ya quiero un auto mejor, es la reacción causal del ego, si tengo ahora, puedo tener algo mejor. Lo mismo en lo afectivo, inicio una relación con la persona que me atrae y soy feliz y luego encuentro sus defectos, busco que viva mi vida, la convierto en una posesión, y se da paso a la frustración o la resignación.
Recordemos la comparación con el aparato eléctrico, si lo conectamos a una energía superior a la que esta diseñado, puede servirnos eventualmente, pero al final y en muy poco tiempo terminará fundiéndose. Así nos ocurre, si diseñamos nuestra conciencia existencial para recibir muy baja energía, jamás podremos conectarnos con la energía universal. Debemos estar abiertos a recibir de manera permanente la energía universal, que, en nuestro ejemplo, es de alto voltaje, es decir, existe para generar grandes consecuencias.
Cuantas veces hemos visto la pareja perfecta, el uno para el otro(ego), y sin ninguna explicación los encontramos luego en un proceso de separación siendo los mayores enemigos. Si reflexionamos, esta dimensión material, donde prima el ego, genera un desequilibrio permanente donde la felicidad va y viene, la frustración y carencia van y vienen, y así se puede pasar toda la vida.
Conectemos nuestra existencia con los MILAGROS.
Viene una primera conclusión sobre lo que nos interesa, si vivimos en esta dimensión del ego, de los apegos, del desequilibrio NUNCA se nos va a producir un MILAGRO, así transitemos de rodillas 49 veces la Plaza de San Pedro en Roma. No se trata de flagelarnos, se trata de generar la causa del milagro, de conectarnos con la energía universal.
Miremos un hombre santo a quien se le reconoce ser un gran hacedor de milagros, hay varios como Juan el Bautista, pero pensemos en Jesús sobre quien no tenemos ninguna duda. Curó al enfermo, resucito a Lázaro, hizo ver al ciego, escuchar al sordo, entre otros muchos milagros registrados en la historia de su vida. A Jesús lo identificamos como el MAESTRO porque nos dejo una lección a aprender, y está anunciada como la única acción que nos compete en la oración del “Padre Nuestro”.
La pregunta entonces es, qué hacia Jesús que debemos hacer nosotros para producir un MILAGRO. La respuesta es muy sencilla y todos la conocemos, debemos obrar como él. La acción que guio la vida santa de Jesús fue el amor al prójimo. Importante no fue simplemente el amor como acción indeterminada y abstracta, fue el amor al prójimo, y aquí esta el secreto. La acción que nos permite conectarnos con la Luz universal, que nos permite el equilibrio existencial no es otra que el AMOR AL PRÓJIMO.
Los hombres santos en la historia entregan un mensaje claro, evidente, sencillo y que la mayoría ignora, que no es otro, que EL AMOR AL PRÓJIMO COMO A SI MISMO todo lo transforma, ES LA ENERGÍA UNIVERSAL.
Viene lo que decíamos, es fundamental estar conectados con esa gran energía, porque si estamos a 6v, nuestra valoración de nosotros mismos es muy pobre, muy baja y jamás podremos funcionar con la dimensión totalizante de la energía universal. Si solo nos sentimos como una cosa, que tiene cosas para sí, pues vemos a nuestros semejantes como cosas que poseemos, que usamos y desechamos. En esa dimensión NO EXISTEN LOS MILAGROS.
En la dimensión material se ama, pero ese amor es así mismo, nos amamos a nosotros, queremos todo y lo mejor para nosotros y regalamos solo las monedas porque nos rompen los bolsillos y las estimamos insignificantes.
El universo se mueve en el AMOR como un concepto integral de equilibrio y luz, nos amamos a nosotros, pero con la misma intensidad también amamos al prójimo, es decir, no hay una distinción del amor propio y el amor al prójimo. Se ama como una acción de generosidad y perdón. El AMOR como la GRAN ENERGÍA UNIVERSAL es la superación de lo material y el entrar en sintonía de la conciencia del SER como SER DE LUZ. Se crea un equilibrio entre la dimensión material y la dimensión de la LUZ.
Esto podría resultar en una explicación muy sencilla, en la dimensión material nuestra necesidad de poseer personas y cosas, solo nos permite estar en la posibilidad de vernos a nosotros mismos. Cuando nos conectamos a la ENERGÍA UNIVERSAL podemos encender la LUZ DE NUESTRA EXISTENCIA, y qué hace la luz en todos los casos, NOS PERMITE VER lo que la oscuridad de lo material ocultaba. No es que lo material desaparezca, es que podemos ver todo en varias dimensiones y vernos a nosotros más allá de nuestros apegos, juicios, prejuicios y amor propio, vemos al prójimo y podemos extender esa energía a él. En este momento EMPEZAMOS a vivir en el MILAGRO.
Pensemos que conocemos personas que viven en una permanente angustia existencial, sufren por su salud, por sus finanzas, por sus afectos, por su familia, sufren por todo y se les a menudo de rodillas frente a figuras sagradas implorando consecuencias salvadoras, MILAGROS. Es un estado permanente de desconexión con la energía universal, tienen una capacidad de recibir 6voltios y el universo funciona en alto voltaje a más de 12000v. lastimosamente la noticia para estas personas es que ese MILAGRO por el que tanto piden JAMAS se producirá, simplemente porque el universo quiere hacerlo, pero esta persona no tiene la capacidad para recibirlo.
Por esto si queremos que en nuestra vida se produzcan milagros, el primer paso es ponernos en sintonía y en conexión con la energía universal. Si tenemos una capacidad de 6v debemos cambiarla y permitirnos recibir el alto voltaje universal, ese cambio solo lo podemos realizar nosotros mismos simplemente abriendo nuestro corazón al AMOR como un acto de generosidad y PERDÓN, si hasta ahora entregamos monedas como lo insignificante, ahora empecemos a entregar de lo que necesitamos y ello aumenta nuestra capacidad de recibir. Cuando entregamos lo insignificante la consecuencia será insignificante. Nadie pide un MILAGRO por una situación sin importancia.
Mostremos una diferencia entre el amor en la dimensión material y el amor en el ámbito dimensional de la integralidad y conciencia el ser. En el primero, el amor es una acción de posesión y apego, se ama para tener. Amo a alguien y la convierto en “mi” pareja. Vemos que acá lo mío es elemento determinante en las relaciones: amo a mis padres, mis hermanos, mis hijos, mi pareja, mi familia. Todo se define en el apego, ya que tengo mi auto, mi casa, mi trabajo, mi perro, mi gato, y así todo lo que me rodea.
Esta relación del apego es problemática porque la posesión sobre personas y cosas se comparte y se compite en el ego bajo la ´premisa de a quién ama más, quién tiene más. Vemos que mi padre también es padre de mis hermanos, pero también es la pareja de mi madre, quien también es madre de mis hermanos quienes también la asumen como suya, ella también es hermana, hija etc. Se construye una dimensión del poseer, como una necesidad existencial que debe ser alimentada cada segundo de nuestra existencia, en este sentido, el entorno debe transformarse de acuerdo a cómo me transformo y ello crea conflicto por cuanto todos nos transformamos de forma continua y diferentes, mutamos a nuevas formas y exigimos de toda la adaptación a esas nuevas situaciones. Esta dimensión no es buena ni mala, debe existir en la consideración integral del universo. Ocurre que si solo nos quedamos en esta dimensión pues el efecto será un vacío existencial al no existir equilibrio entre el ego y la luz.
Cuando en esta dimensión del EGO pedimos un MILAGRO, este no se puede producir por una cuestión bien sencilla, y es que no estamos conectados con la Luz Universal, la cual es la única que puede generar una consecuencia de la naturaleza de un MILAGRO. Resulta una cuestión elemental, cómo podríamos ver o percibir un milagro, es decir, una consecuencia que es respuesta a mis acciones, si estoy en la oscuridad de los apegos. SOLO LA LUZ NOS PERMITE VER.
Si recordamos, cómo habitualmente pedimos un milagro encontramos que regularmente decimos “señor te ruego” cures mi enfermedad, devuelvas mi empleo, mejores mi vida, usualmente pedimos un milagro en una situación crítica que nos afecta. Cuando se pide con tanta necesidad, las reglas universales establecen una muy baja respuesta y El MILAGRO no se produce.
Es de una elemental lógica universal, cuando no se necesita es donde más llegan ofrecimientos. Si uno va a un banco por un préstamo porque tiene la necesidad de dinero para solucionar un problema inminente, hay una muy buena probabilidad que se le niegue o se le coloquen muchas trabas. Si nunca se pide un préstamo, permanentemente el banco lo esta invitando para prestarle dinero a muy buena tasa y con unos inmejorables plazos.
Muchas veces nos ha ocurrido que conoces a esa persona que estimas casi al borde de la estupidez que presta dinero sabiendo que no le van a pagar y no le preocupa ello, pero nunca te explicas porqué tiene tanto dinero con ese manejo financiero. La respuesta puede parecer elemental, en la ley de la causa y el efecto, este personaje tiene poco apego por su dinero y para el universo entrega de lo que tiene a quien lo necesita y sin juzgarlo, impregnando de vibraciones positivas esa acción de entrega. No has pensado alguna vez, es un MILAGRO que esa persona tenga tanto dinero con esa manera de prestarlo.
También conocemos personas a las que todo les sale bien, las encontramos siempre con una sonrisa, ganan salario igual o menor al nuestro, y nunca esta apretado financieramente, no lo hemos visto enfermo si quiera de gripe, la gente lo ve y le sonríe, y cuando nos le acercamos encontramos que irradia un ambiente agradable. La percepción de esta persona es que tiene todo, nada le afana.
Igualmente conocemos a quien le ocurre lo contrario, vive los problemas más insólitos de la vida, se enferma y le teme a todas las enfermedades, sus conversaciones son pesadas pues siempre encuentra lo negativo de todas las cosas, lo vemos y damos la vuelta para no encontrarlo, a veces nos saluda y otras no, no le conocemos una sonrisa, vive de préstamo en préstamo y ya no le fían ni un tinto, en su casa su familia se alegra porque salga bien temprano y solo regrese pasada la noche, nadie lo extraña.
Es fácil concluir cuál de estas personas es la que pide MILAGROS con mayor frecuencia, casi a diario y por todo. Pero porqué el primero no los pide, acaso no los necesita. Todos necesitamos de MILAGROS, lo que ocurre es que cuando la conexión con la energía universal es tan fuerte y permanente estas personas VIVEN EN EL MILAGRO, luego NO NECESITAN pedirlos, ellos se producen cuando los necesitan. Cómo cuando tienes la energía adecuada y oprimes el interruptor, no esperas algo sobrenatural para que la se encienda la luz, simplemente la LUZ APARECE. Nuestras acciones de AMOR son ese encendedor, el resto viene como consecuencia de nuestra correcta conexión con la energía universal.
Entonces los milagros son las consecuencias a las acciones de amor, generosidad y perdón. Pero es importante que recordemos, qué es una acción de AMOR, lo hemos dicho infinidad de veces, pero debemos repetirlo, AMAR es ENTREGAR de lo que tenemos en nuestro ser, de nuestra existencia, de nuestra esencia, SIN ESPERAR NUNCA NADA A CAMBIO, sin JUZGAR, sin limitaciones, sin condiciones, sin prejuicios. Es ENTREGAR para hacer FELIZ a otras personas. Es una condición universal objetiva, ni siquiera debemos temer conciencia de ella. El AMOR debe convertirse en nuestra manera de ser.
Bajo esta consideración de lo que es el AMOR, se encuentran elementos en su contenido, decimos ENTREGAR SIN ESPERAR NUNCA NADA A CAMBIO, esto no es otra cosa que la generosidad que no debemos confundirla con la caridad. Entregar sin JUZGAR, sin LIMITACIONES, sin CONDICIONES, sin mirar a quien. Por ello la mayor acción de generosidad es DAR AMOR a mi ENEMIGO ello corresponde a la mas grande acción de PERDÓN. Pensemos en lo difícil que puede resultar dar algo de nuestra esencia a quien odiamos, es por ello, que lo primero que debemos hacer es no odiar a nadie, PERDONAR desde nuestro corazón. Perdonar sin olvidar es una simple quimera.
LA SANACIÓN DEL CUERPO DEPENDE DE NUESTRA ACCIÓN DE PERDÓN.
Siempre hemos escuchado frases que pasan y no les damos todo el sentido, por ejemplo, que el PERDÓN es la mayor acción de SANACIÓN.
El perdón cura, es la ENERGÍA SANADORA. Una explicación del porqué casi nunca cuando pedimos un MILAGRO para lograr la SANACIÓN propia o de un ser querido este MILAGRO se produce, está en estas dos situaciones. Primero, porque pedimos para nosotros, es decir, desde el EGO, y segundo, porque pedimos sin tener la capacidad de PERDONAR a quienes nos ofendieron. (recuerdan la mención a la oración del “padre nuestro”). Importante es entender que el PERDÓN no es un simple formalismo, que sale de labios hacia afuera, EL PERDÓN DEBE SALIR DEL CORAZÓN. Se perdona cuando se tiene conciencia que ya no hay nada que perdonar y tenemos la capacidad de colocar la otra mejilla. El PERDÓN implica necesariamente EL OLVIDO. Es empezar un capítulo nuevo en nuestras vidas.
Para que los MILAGROS OCURRAN debemos conectarnos con la energía universal y ello solo es posible si hemos sanado nuestro corazón del odio, la envidia y todos los apegos del EGO. Nuestra existencia en el universo es integral y dimensional, si tenemos enfermo nuestro corazón, también tendremos enfermo nuestro cuerpo. Cuando pedimos un milagro para curar una enfermedad, necesariamente es porque nuestro ego está intoxicandonos y contamina todo lo que nos rodea, es como un virus letal, progresivo pero curable.
Cuando una sociedad no construye una conciencia colectiva del perdón, vive en el conflicto y se dice que es una sociedad enferma, llena de odios, excluyente y vivir allí hace percibir y sentir mucha frustración. Lo mismo nos ocurre como personas individuales, cuando no tenemos una formación en el PERDÓN desde el CORAZÓN somos seres enfermos, conflictivos, tóxicos y frustrados. Para producir un milagro debo tener un corazón en tierra fértil para sembrar amor, los milagros son la cosecha de lo que cada día siembro.
Si siembro en tierra estéril, llena de prejuicios, odios y envidia, solo cosecharé dolor, pena, enfermedad, miseria. En cambio, si preparo el terreno de mi corazón limpiándolo de odios, envidias y prejuicios, estoy permitiendo que la semilla crezca y produzca una magnifica cosecha que me conectará con la energía del universo, si cosecho suficiente nunca necesitaré de fuera para alimentar mi cuerpo y mi espíritu. VIVIRÉ EN EL MILAGRO DE LA LUZ.